Historia
Con más de un siglo de existencia, el Botánico ha cumplido los cometidos que se le asignaron en su creación.
Los comienzos del Jardín Botánico de Montevideo se remontan al 17 de abril de 1902, fecha en que la Junta Económico Administrativa aprobó la iniciativa presentada por su presidente, el Dr. Juan L. Heguy, para la creación de una institución que fuera un aporte de trascendencia para la cultura nacional, cuyo cometido sería desarrollar y trasmitir el conocimiento de las plantas en el sentido más amplio y específicamente según constaba en actas: “se dará preferencia a las plantas indígenas, cuidando de que por medio de canje se enriquezca el establecimiento con ejemplares aclimatables bajo nuestro cielo”.
En esa misma instancia se propuso la dirección honoraria a dos distinguidos ciudadanos de la época: el naturalista de origen español radicado en Uruguay José Arechavaleta y Balparda (1838-1912) quien en ese entonces se desempeñaba como director del Museo de Historia Natural y el botánico uruguayo Cornelio B. Cantera (1854-1903), entusiasta estudioso de la flora indígena uruguaya.
La ejecución de los primeros trabajos comenzó al mando del Jardinero Jefe Ernesto Racine, quien a poco de iniciada su tarea fallece, siendo reemplazado por su hermano, el paisajista francés Carlos Racine, el que realiza el proyecto y lleva adelante la obra.
Los terrenos originalmente asignados a tal fin (una hectárea y media) albergan el botánico histórico; posteriormente, a partir de 1917 se comienza a desmantelar el área de viveros contigua, de doce hectáreas, tarea que culmina en 1920, fecha que debe tomarse como comienzo de la importante ampliación que llevaría hacia el proyecto definitivo de nuevo Jardín Botánico el cual ya en 1924 era un hecho consumado. A finales de la década del ’60 el parque tuvo una importante pérdida de terrenos que pasaron a formar parte del predio de la residencia presidencial.
En la actualidad cuenta con algo más de 13 hectáreas en las que se respeta la concepción original del proyectista en cada una de las áreas en las que coexisten las dos etapas de botánico histórico y nuevo. Entre los años 1979 y 1980 se realizaron importantes trabajos de remodelación de edificios y caminería; a partir de 2003 se implementó un moderno sistema de drenajes subterráneos que recuperó más de tres hectáreas anegadas ampliando considerablemente el área de colecciones.
Entre los años 1924 y 1940 la dirección del Jardín Botánico fue ejercida por primera vez por un investigador botánico, el Dr. Guillermo Herter, quien, sin descuidar los aspectos paisajísticos del parque, comenzó una tarea fundamental en desarrollo de nuevos conocimientos para la botánica nacional.
Esta tarea es continuada por el Prof. Atilio Lombardo en el período comprendido entre 1941 y 1973, probablemente el de mayor destaque de la institución tanto en lo académico como en la divulgación general. En homenaje a su memoria, el Jardín Botánico lleva su nombre y adoptó como ícono identificatorio a la flor del ceibo blanco (Erytrhina crista-galli var. leucochlora), descubierto para la ciencia por el mencionado botánico.
Posteriores direcciones estuvieron a cargo de: Prof. Julio Muñoz (1973 a 1979), Ing. Agrón. Pablo Ross (1980 – 1982 y 1985 – 2001), Ing. Agrón. Carlos A. Brussa (1983 – 1985 y 2001 - 2016), Ing. Agrón. Gonzalo Picasso (2016-2018), Prof. Fabián Muñoz (2018-2024) en la actualidad el Director del Jardín Botánico es el Téc. Álvaro Carámbula.